viernes, 13 de abril de 2018

Los Serenos - Una mirada atras



¿Qué tipo de trabajo hacían los serenos?

Oficialmente el trabajo de sereno desapareció en el año 1986, pero se trata de una profesión que todavía algunos recuerdan.

Allá en el año 1986, la prehistoria en muchos aspectos para unos o “ayer mismo” para otros, se daba por finalizado un tipo de trabajo que en la actualidad ha quedado en el olvido: el de sereno. Con el paso del tiempo la sociedad cambia, muta y se transforma, de manera que profesiones que tenían presencia en el pasado desaparecen para dejar paso a nuevos trabajos. No ocurrirá solo en el futuro con la incorporación de los robots en rutinas de trabajo, sino que también ha ocurrido en el pasado tal y como demuestra esta profesión de la que hoy os hablamos.

Para resumir, el sereno era aquella persona que patrullaba las calles de noche para ayudar a quien lo necesitara. Eso incluía a quienes habían bebido demasiado y no tenían ni siquiera capacidad para introducir la llave en la puerta de su casa. Para solucionar la papeleta estaba el sereno, que con la máxima privacidad y elegancia ayudaría a que cualquier persona pudiera llegar a la cama para dormir la mona por mucho alcohol que hubiera bebido.

El equipo que usaba el sereno estaba formado por un gorro muy característico, un guardapolvos y un silbato, utilizado este último como sistema para llamar a los compañeros que hubiera en zonas cercanas en el caso de necesitar ayuda.

A los serenos les hemos visto en muchas películas y series, dado que en el pasado eran considerados un elemento crucial en la sociedad de la época. Desaparecieron porque sus profesionales se integraron en el ayuntamiento y suponemos que debido a la ampliación de las patrullas por parte de la policía tradicional, aunque hay que entender que su papel siempre ha sido distinto. También suponemos que tiene mucho que ver la realidad de una sociedad actual que es muy distinta a la del pasado. Si bien incluso en los años 80, cuando desaparecieron los serenos, la tranquilidad en las calles era mayor, actualmente no sabríamos si un sereno podría ayudar o si necesitaría más ayuda de la que podría proporcionar.

Leemos en prensa y blogs que el último sereno de Madrid fue un hombre llamado Manuel Amago, que trabajó durante más de 50 años en el barrio de Salamanca y ayudó con su trabajo a multitud de personas. Hizo amistad con famosos, con jóvenes y mayores, en general con cualquiera que necesitara su apoyo. Comenzó en este trabajo al heredar el puesto de su padre y siempre habló positivamente de la profesión, aunque tuviera sus momentos malos debido al frío principalmente. Aunque la profesión dejó de existir en 1986, a Manuel no le gustó la decisión y continuó realizando su papel hasta que le permitieron las fuerzas. En agradecimiento los vecinos del barrio de Salamanca le dedicaron una placa en la calle Doctor Gómez Ulla.
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Yo si me acuerdo de ellos.

Cuando se me hacia tarde y cerraban el portar, lo buscabas en los alrededores y te abría la puerta.

Entonces no había miedo en las calles, el miedo era que se te pasara la hora de llegar a casa y tu padre te castigara sin salir un par de semanas.

En alguna ocasión que ha salido el tema de "Los Serenos", la gente joven me dicen que eso es una Leyenda Urbana.

No pueden entender de su existencia.

Si que se merecían un buen homenaje.

!Que no se nos olvide nunca de su existencia!

3 comentarios:

  1. En casi todas las poblaciones, en llegada la noche, el sereno hacia su ronda por calles y plazas. Este oficio hace mucho que se perdió, yo no llegue a conocer la labor de un sereno, pero si recuerdo oír a mis padres sobre alguna de las personas que en la población ejercieron el oficio de serenos o vigilantes nocturnos.

    En mi pueblo los serenos iban canturreando una clásica tonadilla: “Ave María Purísima… las once… Sereno” y así hacían su ronda cambiando a cada hora, al final de la tonadilla señalaban si estaba lloviendo o la noche estaba nublada.

    Otra curiosidad de mi pueblo era que los serenos llegados los domingos y fiestas de precepto, después de estar toda la noche canturreando su cantinela, en el último turno cuanto comenzaba a clarear el nuevo día, en vez de vocear golpeaban las puertas de las casas diciendo en voz alta “van a tocar las campanas a misa” (la primera misa en día festivo siempre era muy de mañana).

    En aquellos tiempos en las casas no había un reloj despertador – mucho menos un teléfono móvil – por ello cuando un vecino debía madrugar, para que el sereno supiese cuando debía despertase, colocaban a la puerta de sus casas tantas piedrecitas (dos, tres, cuatro…) indicando a que hora debían ser avisados.
    Otros rayaban con carbón sobre la acera tantas rayas igual a la hora en que quería ser avisado por el sereno

    Y así transcurría plácidamente la vida de estos servidores públicos que además de vigilar la población mantenían una constante comunicación con los moradores del lugar.

    “Ave María Purísima… mis saludos para los participantes del blog …” AMÉN


    Saludos:

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    1. Jomaral, me has hecho reir, debo ser muy mayor. Mis recuerdos me dicen , cuando vivía en Aviles, Asturias, que a las noches estaba el sereno por las calles rondando. Quiero hasta recordar que en alguna ocasión me había abierto la puerta del portal. Sera un sueño? no lo se, lo que si se que yo era muy jovencica. Preguntare a mis hermanos mayores y te cuento.
      Gracias Jomaral

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